Domingo por la mañana; amanece nublado pero sin aire ni lluvia, lo que casi se puede considerar una novedad. Tampoco hace mucho frío, así que tenemos por delante una climatología más que apropiada para disfrutar de una mañana de invierno sobre la bici; incluso llegaremos a disfrutar del sol algún rato a lo largo de la jornada.
Me dirijo al punto de encuentro habitual a la hora de siempre, y de camino me encuentro con Fernando, poco habitual en las salidas con nosotros, pero que trae la ruta a hacer ya pensada. Al llegar al punto de partida veo que está Leire (si no me equivoco es el primer día que sale con nosotros, sin tener en cuenta las marchas organizadas); no será el mejor día para estrenarse por las dificultad técnica que entraña la ruta, pero seguro que le coge el gustillo y en cuanto adquiera un poco más de técnica se viciará y no querrá tanta pista.
Después de unos ajustes a las bicis y el equipo nos ponemos en marcha. Será una jornada de pocos kilómetros pero duros, con rampas casi imposibles y descensos increíbles. Comenzamos para entrar en calor subiendo el camino que une Béjar desde La Glorieta con Valdesangil. Es sólo un aperitivo de lo que nos espera, y es que desde el pueblo nos dirigimos por el camino que lleva al depósito de agua para desviarnos a la derecha en una bifurcación que sale y subir a lo alto de la sierra por un sendero estrecho, con algún pequeño canchal que unido a las pendientes propias del terreno lo hacen algo técnico y duro, sobre todo al final de la ascensión. Pero el esfuerzo merece la pena, pues nada más coronar comenzamos el descenso por un robledal donde el sendero es casi invisible en muchos tramos, el desnivel en algunos momentos da casi vértigo y el paso entre árboles es tan justo en algunos casos que a alguien le puede surgir la duda de si pasará o no. es una bajada para disfrutar, lenta y técnica, en un paraje de cine, y resulta ser el día en que mejor y más cómodo me he encontrado (comentándolo más tarde con el resto del grupo veo que ha sido una sensación generalizada).
Llegamos al camino y lo cogemos en sentido ascendente, volviendo casi sobre nuestros pasos para bordear la sierra, coronando tras unas rampas del 28% de desnivel!!!
bajamos por el sendero que han limpiado recientemente y que nos ahorra el tener que saltar una pared de piedra para meternos en una finca durante un tramo; al llegar abajo, en lugar de girar a la derecha hacia Fuentebuena cogemos otro camino recién desbrozado y que nos lleva a Valdesangil. Ya ha pasado lo más duro y mejor de la ruta, así que nos dirigimos a Palomares donde recuperamos fuerzas con una cerveza antes de volver a casa.
Un gran día.
MGJ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario