Enseñando los encantos de nuestra Sierra

Ayer nos visitaron los compañeros de salidas de Antonio en Torres, Madrid. Ya había venido alguno el pasado mes de Marzo a la Marcha de Sotoserrano, y como les gustó la zona decidieron repetir.
Queríamos mostrarles la Sierra por la que nos movemos, y desde el primer momento pudieron ver y sentir las diferencias con lo poco que pudieron ver en la mencionada Marcha de Marzo.
Nos decidimos por repetir la ruta que 3 semanas antes habíamos hecho por Candelario y Peña Negra, de forma que tomamos el camino que desde Los Pinos nos lleva hasta Candelario junto a La Canaleja para una vez en el pueblo subir por la Calle Mayor y coger el camino que nos lleva hasta Los Llanos, donde se encuentra la fábrica de Jamones (antigua Navidul).
Llegados a este punto nos desviamos a la derecha de la carretera para coger una pista en busca de la trialera que el último día me dejó un sabor agridulce por no haber descendido en su totalidad (y por lo visto éste tampoco sería el día). Tras atravesar las escobas que invaden el camino comenzamos el descenso de la misma, hasta que casi al final, en el tramo tal vez más complicado por la mayor pendiente, no conseguí hacerme con el control de la situación y di con los huesos en la piedra (hasta aquí es lo que puedo contar en 1ª persona de la jornada, pues me tuve que volver a Béjar con Antonio, que le dio envidia de mí, y con Sandra que nos acompañó al ambulatorio a hacernos unas curas de emergencia, nada que unos puntos de sutura no puedan solucionar).
La marcha continuó por la carretera de La Presa para ascender a Peña Negra y descender a La Peña de La Cruz, El Castañar (con visita a la plaza de toros, la más antigua de España) y por Los Rodeos a Béjar, donde una ducha reparadora precedió a una comida en El Mesón de Vallejera que puso el colofón a una jornada un tanto accidentada, pero sin mayores consecuencias.
Esperemos que al menos disfrutasen los chicos de Torres.

MGJ.