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| Sandra en plena trialera |
Ayer domingo, después de padecer un Puente de la Constitución con un tiempo de perros que nos obligó a suspender una excursión a Fermoselle, nos desquitamos con una ruta en pleno corazón de Las Hurdes; nos dirigimos a Riomalo de Arriba para hacer una marcha que comienza ascendiendo por buena pista por la sierra para bajar a nivel del río donde cogimos el GR10 hacia Monsagro. Este tramo, el del GR10, transcurre por un sendero empedrado que nos hizo sacar todo lo que llevamos dentro (tanto fuerzas como técnica) y haciéndolo cada uno como buenamente pudo: pedaleando o en el coche de San Fernando (un rato a pie y otro andando).
Como éramos un grupo bastante heterogéneo compuesto por "outzones" y "trampales" cada uno disfrutó más de unas zonas que de otras, prefiriendo unos las trialeras y otros las pistas; pero era lo suficientemente larga para encontrar todo tipo de terreno, y siempre rodeados de unospaisajes espectaculares.
Al llegar a Monsagro nos reunimos con Pepa y el resto de pasajeros que iban en el coche de apoyo y que nos habían dejado al comenzar el tramo trialero. Habían sufrido un percance, rajando una de las ruedas, así que hubo que cambiar los papeles y hacer los ciclistas la asistencia al coche para cambiar la rueda junto al río. Aprovechamos la circunstancia para comer en el mismo sitio tras llevar a cabo la reparación.
Despúes del merecido descanso comenzamos la última parte de la marcha, que aunque discurría por pistas amplias de buen firme se hizo dura por el esfuerzo hecho durante las horas precedentes y por ser un contínuo sube-baja. Finalmente llegamos a Riomalo de Arriba, pueblo jurdano prácticamente abandonado y sin habitantes, y tras unos pocos kilómetros por carretera llegamos al punto de partida, el merendero de La Viñuela, junto a la carretera, donde disfrutamos de un merecido premio: un chocolate caliente que nos había preparado Pepa.
MGJ.
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