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18 de enero de 2016

Entre Sierra de Gata y Hurdes

Paco en pleno descenso a Ovejuela.
En esta ocasión nos hemos ido un poco más allá y nos adentramos en la Sierra de Gata pero sin alejarnos en exceso de Las Hurdes; de hecho la ruta discurre en la "frontera" entre ambas regiones y según nos dejemos caer a una ladera u otra de la sierra nos encontraremos en Sierra de Gata o en Hurdes. Y es increíble ver cómo puede cambiar tanto en tan pocos metros el paisaje.

Después de dedicar a lo largo de la semana unas horas a observar mapas (topográficos y ortofotos), consultar tracks propios y ajenos y dibujar recorridos clavamos el alfiler en Robledillo de Gata, un pequeño pueblo en la sierra con identidad propia, de calles estrechas y empinadas y una arquitectura en piedra muy cuidada.

Comenzamos a pedalear hacia las 10 de la mañana con tiempo algo más que fresco, en torno a los 0ºC y sin llegar a superar en ningún momento de la jornada los 9ºC; el día promete en cuanto a la climatología, pues aunque la temperatura es baja las previsiones son de cielos despejados y ausencia de viento, y para entrar rápido en calor qué mejor que afrontar las rampas del pueblo, que abandonamos apuntando siempre a la cima de la sierra.

Los primeros metros después de dejar el pueblo son de asfalto, pero rápido nos adentramos en una antigua calzada romana, el Camino del Puerto Blanco, que no sin esfuerzo nos sube paralelos al río Árrago hasta La Golosa, donde cruzamos la carretera y cogemos una pista que indica a Ovejuela. Esta nueva vía comienza ascendiendo, pero pronto se suaviza permitiéndonos un rodar alegre hasta alcanzar la Cruz del Puerto, un cruce de caminos en la misma cuerda de la sierra donde encontramos a la izquierda de nuestro avance el camino que nos ha de bajar a Ovejuela (Hurdes) mientras a la derecha sale una pista que baja a Descargamaría (Sierra de Gata).

Si inicialmente predominaban el pino y el roble, el piorno y el helecho, ahora nos deleitaremos con las sierras de piedra que parecen cortadas a cuchillo, las encinas y los olivos principalmente; un aspecto mucho más salvaje el de esta ladera que sin duda ayuda a crear la imagen del sufrido hurdano. Este descenso ya lo hemos hecho en otras ocasiones, pero debo decir que personalmente esta es la ocasión en que más lo he disfrutado con un tramo inicial por senda muy fluida, curvas y pequeños sube y baja para entrar sin solución de continuidad en la parte final más técnica de firme empedrado y con "Zs" que consigo trazar en su mayoría.

A la salida de Ovejuela deberíamos haber cogido un sendero que nos llevase inicialmente en ascenso a enlazar con la pista de Los Llanos del Convento, pero después de despistarnos y volver sobre nuestros pasos para retomar el track nos damos cuenta de la inviabilidad de la opción, pues ya he comentado al inicio que me he ayudado de tracks ajenos para diseñar la ruta y este tramo en concreto pertenece a un track senderista. Así que bajamos por la carretera sufriendo los rigores de las bajas temperaturas hasta coger la deseada pista en su inicio y ascenderla por completo; la parte más dura es hasta alcanzar el mirador del Chorro de Los Ángeles, espectacular en esta ocasión por el agua que lleva. Nos quedaríamos horas contemplado el salto de agua a lo lejos, con los buitres sobrevolando la zona, posándose en las rocas y retomando el vuelo, pero como nos quedamos fríos y se va acercando la hora de comer (más que por haber mirado el reloj porque nos lo indican nuestros estómagos) continuamos el recorrido ahora más suave aunque manteniendo la tendencia ascendente hasta alcanzar nuevamente la Cruz del Puerto, donde esa tendencia se torna descendente.

Iniciando el último descenso de la jornada.
Ya hemos estado en esta encrucijada de caminos hace unas horas, pero seguimos unos metros más para coger un desvío ahora a nuestra izquierda señalizado como parte del GR10 y ruta 9 del Centro BTT de la Sierra de Gata. El descenso hasta Robledillo de Gata es corto pero muy divertido; no es muy técnico y las "Zs" en esta ocasión se trazan en su totalidad. Entramos en el pueblo por la parte alta, callejeamos y llegamos al punto de inicio, donde ya sólo nos queda una cosa, cambiarnos y degustar las viandas que hemos llevado: tortilla, empana, chorizo (típico en Béjar comerlo el día de San Antón) y un café para rematar la comida acompañado de algún dulce: hoy nos hemos ganado el banquete.

Para ver las fotos de la ruta pinchando en este enlace o en el menú de la derecha, y el track en wikiloc.


MGJ.